En nuestro día a día, la comunicación es entendida de distintos modos. En el mundo profesional, se le asocia al periodismo, que a su vez se entiende como redacción y manejo de prensa; a difusión; a la producción y edición de videos; al diseño gráfico; a tomar fotos; al desarrollo de proyectos de comunicación, etc. Por ello, en el desglose de las funciones de convocatorias de trabajo de comunicadores y/o comunicadoras, se pueden ver todas las actividades antes descritas y más, como si las personas que trabajamos en ello fueramos “todistas”.
La verdad es que si bien los y las que hemos estudiado las carreras de comunicación hemos llevado cursos sobre cada una de las actividades mencionadas, la mayoría se logra especializar en alguna de ellas, ya que las facultades de comunicación ya están divididas en áreas o especialidades. Los y las comunicadoras especializadas en el diseño y desarrollo de proyectos de comunicación pueden tomar fotos, pero no es lo que buscan o están interesados en realizar. Con ello no estoy diciendo que entre especializaciones no rotamos de funciones, podemos rotar, pero depende de cada una en cuál se quiere mantener. Hay personas que se especializan en audiovisual y que terminan trabajando en publicidad, pero es porque así lo decidieron y son conscientes que ya no hará las funciones de un audiovisual.
Por otro lado, a lo largo de la carrera y de mi experiencia laboral, siempre me he preguntado por qué la comunicación, en un sentido más amplio, se asocia a que solo les pertenece a los y las comunicadoras. Es decir, al ser inherente al ser humano, hasta incluso los animales, no nos debería pertenecer a todas?
Considero que distintos aspectos de ella deberían ser considerados desde todas las profesiones. Por ejemplo, en comunicación y más que nada en publicidad, se nos hace conocer muy bien al público y se realiza una profunda investigación sobre él, ¿no acaso para todo lo que hacemos deberíamos considerar a quién nos dirigimos y investigar sobre ello, ya que siempre generamos un efecto en otros?
Por otro lado, el saber hablar ante el público, o el expresar nuestras ideas claramente, muchas veces se delega solo a los comunicadores y comunicadoras. ¿No todos los que participamos de un proyecto deberíamos tener las ideas claras sobre él?
La comunicación verbal y no verbal, las cuales son tan importantes al momento de dirigirte a alguien o, en una mera conversación, no deberíamos considerarlo siempre para saber qué estamos transmitiendo? En el caso de las carreras de educación y/o pedagogía debería ser considerado especialmente, y con mucho énfasis, ya que los niños, niñas y adolescentes son un público activo, el cual tiene un nivel de percepción muy alto.
La palabra comunicación proviene del latín communicare que significa “compartir, conectar, hacer común, contagiar”. Quizás deberíamos tener más en claro su origen para que seamos conscientes que nos pertenece a todas.
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