¿Cómo se gesta el ranquin educativo más famoso (y polémico) del mundo? Para entenderlo hace falta conocer algunos detalles sobre su elaboración, así como saber qué países participan
Este martes la OCDE, organismo encargado de elaborar el informe PISA, publica los resultados de la prueba más famosa y polémica del mundo educativo. Un ranquin sobre las capacidades en lengua, matemáticas y ciencias al que este año se suman también otras evaluaciones, como la adquisición de conocimientos del ámbito financiero o la resolución de problemas en equipo. Un informe clave, ya que acostumbra a definir el futuro de la mayoría de políticas educativas de todo el mundo.
Para entender su elaboración y procedimiento, hacen falta algunas claves.
- PISA no evalúa los conocimientos aprendidos en la escuela. El modelo de examen no se basa en la memorística, sino en “su capacidad para aplicar sus conocimientos ya adquiridos a situaciones nuevas”, en palabras de la misma organización. Por ese motivo, en el informe se recogen datos sobre el entorno de los alumnos, teniendo en cuenta la educación familiar, el aprendizaje no formal o las condiciones sociales, culturales y, por supuesto, escolares.
- La participación de los países es voluntaria. En 2015 el número de participantes ha escalando hasta los 72, hecho que puede modificar el ranquin final. Han sido incluidos Algeria, Azerbaiyán, República Dominicana, Georgia, India, Kosovo, República Kirguiz, Líbano, República Yugoslava de Macedonia, Malta, Mauritania, Moldavia, Panamá y Trinidad y Tobago. Además, algunas regiones, como Cataluña (España) o Miranda (Venezuela) piden ser avaluadas por sí mismas.
- Finlandia y Corea del Sur encabezaron el ranquin en las previas ediciones. Los países que quedan a la cabeza del ranquin, como Corea del Sur, Shanghai, Hong Kong o Finlandia, comparten algunos rasgos en sus sistemas educativos. Aunque aun está por ver cómo habrá influido la reforma educativa impulsada recientemente por el país escandinavo, en su mayoría son países que acostumbran a apostar por sistemas muy igualitarios. Sus gobiernos, y toda la sociedad como conjunto apuesta por la educación como pilar fundamental, y en todos ellos hay una nota de acceso muy alta a magisterio y una estricta selección de los aspirantes a maestro.
- Hay una prueba piloto en marcha para evaluar los países en vías de desarrollo. PISA para el Desarrollo es un proyecto piloto que busca “aumentar el uso que los países de ingresos medios y bajos dan a los estudios PISA”. Se tarta de un acompañamiento que busca monitorear el progreso hacia ciertas metas educativas y medir “el avance de objetivos educativos internacionales en el marco Educación 2030”, en palabras de la misma organización. Para ello se formula una escala distinta que se aplica a países como Camboya, Guatemala, Ecuador, Honduras, Panamá, Paraguay, Senegal o Zambia, y se incluyen en el estudio final a niños y niñas no escolarizados. Los resultados de este estudio no se publicarán hasta 2018.
- En España el examen PISA se realizó pocos meses después de que se aprobara la última ley de educación. En los últimos diez años, el país se ha movido poco dentro del ranquin, situándose siempre en la media de la lista. Este informe PISA será especialmente significativo por haber tenido lugar justo después de la aprobación de la última ley de educación. En la última edición (20012) la puntuación española fue de 490 puntos, diez puntos por debajo de la media de la OCDE.
- Su lectura rápida puede llegar a confusiones. España está muy cerca de Dinamarca en puntuación, pero no en posiciones de ranquin. Una lectura rápida podría indicar que los dos países están en posiciones muy distantes cuando, en realidad, en ningún otro indicativo socio-económico o de bienestar social España está tan cerca de los países escandinavos. Esto hace que la diferencia de puntuación entre los diez primeros del ranquin pueda ser ínfima, de décimas. Aunque los especialistas reiteran siempre que destacar solo el posicionamiento es reducir el estudio, muchos gobiernos justifican o atacan sus políticas educativas en base a estos resultados.
- Los alumnos se examinan durante dos horas. La prueba la realizan más de medio millón de estudiantes (la mayoría de 15 años) de todo el mundo, y la duración de las pruebas es de dos horas. En esta edición, como novedad, a través del ordenador. Los alumnos contestan preguntas personales, como su situación socioeconómica y familiar. También los directores de los centros educativos mandan un informe sobre el centro escolar en cuestión, detallando contexto y detalles de su proyecto.
- Las preguntas son sobre lengua, matemáticas y ciencias, pero hay novedades. PISA 2015 se ha focalizado especialmente en las ciencias. Aun así, en los últimos años los organizadores han incluido otras áreas de conocimiento y, a parte de explicar fenómenos científicamente, evaluar la comprensión lectora o contestar a problemas de lógica matemática, se añadieron en las pruebas preguntas sobre conocimientos financieros y cuestiones para evaluar la capacidad de los alumnos para trabajar en equipo.
- Cada vez hay más presencia de Big Data. Uno de los puntos fuertes de PISA es que, aunque no aparezca en los medios de comunicación, genera una gran cantidad de datos relacionados con los alumnos examinados, los centros en los que estudian y sus familias. Estos datos son ofrecidos por la OCDE de forma gratuita a investigadores, que generan estadísticas específicas de algunos de los detalles analizados. Hay estadísticas por sexo, por áreas de conocimiento, origen social, horas de lectura en casa, número de horas de estudio semanales, etc.
- Evaluaciones no aprobadas por la comunidad educativa. A cada publicación del informe PISA le siguen críticas de muchos expertos educativos del país, tal y como se recoge en este articulo “Desmontando PISA (3): Críticas a PISA”. Y es que la evaluación depende “poco o nada” de las escuelas, en palabras del catedrático de sociología de la educación Julio Carabaña, y se fomenta una fuerte competitividad no solo entre países, sino también entre las instituciones docentes, tal y como explica en su último articulo Enrique Diez Gutiérrez, profesor de la Universidad de León. El también coordinador del Área Federal de Educación de IU concluye con una de las críticas más extendidas a la “mercantilización” de la educación que propone el informe educativo más conocido del mundo: “PISA es un dispositivo de control para imponer una perspectiva educativa que nos aleja de la educación como un derecho y nos aproxima a su interpretación como un bien de consumo.” El debate está servido.
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