Tribune

La motivación es la clave en el aprendizaje de cualquier idioma extranjero

Imagen de Shutterstock

Todos sabemos que aprendiendo nuevos idiomas nos exponemos a nuevos mundos y culturas, y ésta es una de las riquezas más grandes que podemos adquirir en esta vida. Sin embargo, también es cierto que este proceso nos plantea sus propios retos y dificultades. De eso precisamente podría hablar largo y tendido desde mi experiencia tanto de maestra, como de alumna.  Estudié (y sigo estudiando) 3 lenguas extranjeras: inglés, español e italiano. Cada una cuenta con sus propios encantos y belleza, pero con el corazón en la mano diría que ningún idioma me impactó tanto como el español. Aquí no se trata de un mero encanto, sino de una hechicería y brujería oscura.

Entendí que quizás lo que pasaba era un amor no correspondido: quería al idioma español, pero él a mí no

Nuestra historia de amor (y desamor, por su parte) empezó hace casi 7 años. Yo, en aquel entonces, tenía tan sólo 18 años y era estudiante de segundo de la facultad de Filología. Andaba enamorada del inglés y pensaba que ese ordenado idioma de origen anglosajón era todo lo que yo necesitaba. Hasta que me encontré con Él. Me venció con la música de sus sonidos, la suavidad de su entonación y la hermosura de su vocabulario. Durante todo el año académico me esforzaba para conquistarlo a diario, pero todo en vano. A pesar de toda la gramática aprendida y las palabras memorizadas, no era capaz de hablarlo bien. Y ya entendí que quizás lo que pasaba era un amor no correspondido: quería al idioma español, pero él a mí no. Estaba dispuesta hasta abandonarlo por completo, conformándome con la idea de que el frío y reservado inglés era mi destino.

Sin embargo, en tercero, una profesora madrileña vino a impartirnos clases y este hecho cambió muchas cosas. Antes, toda la enseñanza de español en mi facultad había sido dada por los profesores rusos, así que aquella era la primera vez que veía a una persona de España en vivo. Y aún más: cuando lograba decirle algo y ella me entendía, sentía un placer enorme. De allí me di cuenta de que un empuje tremendo para avanzar en una lengua extranjera viene de poder comunicarte con los nativos. De este modo ves la utilidad de todo lo que has aprendido hasta entonces.  Aunque cometas errores y se te olviden las palabras, ves que te intentan comprender y te animan mucho.

 A la hora de abrirte el camino en otra lengua que no sea la tuya es muy importante encontrar algo que te dé la inspiración y fuerzas para seguir adelante

Imagen de Pinterest

Sin lugar a dudas, el hecho de ser capaz de hablar con una persona nativa nos brinda una fuerte motivación para seguir adelante. Pero también lo hace el poder hacer en una lengua extranjera aquellas cosas que nos gusta hacer en nuestra lengua materna. Es decir, si te encanta leer libros en tu idioma, o ver películas o escuchar música, seguramente lo vas a disfrutar todavía más en otro idioma. Algunos expertos aseveran que es una forma bastante eficaz de fomentar el aprendizaje de los alumnos. En mi caso, este estímulo también funcionó. A mí siempre me interesó mucho el deporte español. Todos sabemos que de España proceden dos equipos míticos del fútbol internacional: FC Barcelona y Real Madrid FC, tanto como Pau Gasol y Ricky Rubio, las estrellas de NBA y, por supuesto, Rafael Nadal, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos.

Precisamente, yo seguía los partidos de Rafa Nadal y la selección española de fútbol. Y aprendiendo español, me ilusionaba la idea de tratar de entender de lo que hablaban mis ídolos deportivos. Por esta razón buscaba algunas entrevistas suyas en Youtube o leía algo de la prensa de deportes en español. Hoy día soy consciente de que gracias a esa estrategia el nivel de mi español mejoró bastante y nunca más me rendí.

Imagen de Pinterest

Si uno aprende palabras o conceptos de gramática en un contexto emotivo que le resulte más cercano, tiene más facilidad para memorizarlos y usar después

Hace unos meses me crucé con un artículo que se llamaba Nuevos horizontes en la enseñanza de ELE: enseñar español a través del deporte, donde se menciona una propuesta didáctica de impartir las clases de español usando el material del temario deportivo. La autora del presente artículo es la doctora María del Mar Galindo Merino de la Universidad de Alicante, y resulta que forma parte de un grupo investigador que actualmente está desarrollando esta cuestión. Ella alude al hecho de que, siendo un motor cultural muy potente, el deporte provee una numerosa cantidad de recursos mediáticos que podrían ser utilizados por profesores con los fines didácticos. Según Galindo, hasta las cuentas de Twitter y Facebook de los célebres deportistas hispanos presentarían una base interesante para el uso en las clases de ELE( español como lengua extranjera), por no hablar del vasto material de la prensa deportiva que nos ofrece el Internet.

En general, cabe mencionar que el aprendizaje con las redes sociales hoy día se está convirtiendo en una tendencia en el ámbito de la innovación educativa, con lo cual las ideas del citado grupo investigador resultan ser bien modernas. El artículo fue escrito en el año 2016 y la verdad es que me sorprendí al encontrarlo y leerlo pues, puesto que todo su contenido me llega muy cercano, no esperaba que en el mundo científico lo tratasen.

El deporte, por su carácter, los valores y el espíritu competitivo que transmite tiene muchas cosas en común con el aprendizaje de lenguas extranjeras

Primero, ambos requieren mucho esfuerzo y entrenamiento si quieres alcanzar la perfección. Si no practicas con regularidad, los músculos se aflojan y las palabras se olvidan, se pierde el tono. Segundo, el aspecto psicológico es de mayor significado tanto en el aprendizaje del idioma como en el deporte. Si crees en tus propias capacidades y fuerzas, si estás muy seguro, obtienes el éxito. Al contrario, la falta de la fe en ti mismo y demasiada timidez te podrían hacer un flaco favor tanto a la hora de competir como a la hora de hablar un idioma extranjero. 

Hablando del uso de los artículos, textos y otro material del temario deportivo en las clases del español, podríamos hallar un campo lingüístico muy amplio y rico. A parte de aprender el léxico específico, los alumnos adquirirían otros conocimientos y competencias de una manera lúdica y placentera. No obstante, también debemos destacar que esta estrategia es válida sólo en el caso de que los estudiantes sean aficionados al deporte y, sobre todo, al deporte hispano. Para aquellos alumnos de español, según el citado trabajo de Galino Merindo, no sería descabellado plantear hasta un curso específico de Español y Deporte (‘al igual que hoy se hace con el cine, la historia, la gastronomía o el arte’).

Según el informe 2016 del Instituto Cervantes, hay un número muy potente de estudiantes de la lengua española en el mundo y esa cifra va creciendo año tras año. Esto significa que el español despierta el interés del público, y para mejorar aprendiendo cada alumno debe encontrar su propia motivación. El deporte podría llegar a ser un empuje para los que lo aman. En el caso de inglés, en el British Council ya supieron aprovechar su ventaja creando una divertida plataforma online, Premier Skills English, donde los estudiantes de diferentes edades pueden unir su pasión por el fútbol con el aprendizaje del inglés.