Más allá de las formas, de las estructuras y de las explicaciones analíticas, Todorov fue un humanista que dedicó gran parte de su vida a comprender y a explicar el mundo como un universo de signos.
Su visión de mundo nos alimentó para mirar la vida como relato y los relatos de la vida, de allí que anduvo los caminos de los formalistas rusos, las obras de Bajtín y de Rousseau, habló de la pintura, la vida cotidiana, la democracia y hasta de los muros caídos y los muros que se levantan.
Fueron muchas las aventuras que emprendió con su amigo Roland Barthes, como aquel recordado y citado texto Análisis estructural del relato, y no fue un intelectual menor o con poca influencia en la sociedad francesa y en general en la cultura europea, quizá fue más discreto.
Con estas cortas frases, Aika quiere rendirle homenaje.
Add Comment