El pasado mes de septiembre México vivió varios sismos resultando dos devastadores. México es una zona con alto riesgo de sufrir terremotos debido a su localización geográfica, ya que forma parte del Cinturón del Fuego y la Falla de San Andrés, por lo que se registra una gran actividad tectónica.
Resulta de mucha importancia saber cómo actuar ante estos fenómenos naturales dentro del entorno escolar para evitar víctimas, minimizar daños y proporcionar toda la seguridad posible a los estudiantes.
La noche del 7 de septiembre hubo un fuerte movimiento en Chiapas, un estado localizado al sur de México, este sismo según la escala de Richter tuvo una magnitud de 8,2. A consecuencia de este terremoto murieron alrededor de 100 personas y dejo varios inmuebles incluso escuelas dañados.
El 19 de septiembre México volvía a sentir un fuerte sismo. El epicentro fue en Puebla, un estado muy cercano a la Ciudad de México con una magnitud de 7.1 en la escala de Richter. Debido a la cercanía del epicentro con la capital del país las consecuencias resultaron catastróficas para la ciudad. Al igual que en el sismo del 7 de septiembre, este dejó alrededor de 350 muertos y una gran cantidad de edificios colapsados. La Escuela Enrique Rébsamen fue uno de ellos, donde desgraciadamente murieron varios niños y maestros del plantel.
El Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) recomienda seguir estos pasos para salvaguardar la vida de los estudiantes y el personal dentro de las escuelas:
- Identificar las zonas de seguridad.
- Mantenerse alejado de las ventanas.
- Permanecer lejos de los libreros o muebles que pudieran caerse.
- Ir al punto de reunión señalado.
- Identificar y seguir las instrucciones de la persona encargada como brigadista.
- Esperar a que el personal brigadista dentro de la escuela haga una revisión de las instalaciones.
- No correr, no empujar y no gritar.
Los simulacros son los “ensayos” que se deben de hacer durante todos los años escolares para preparar a los alumnos en caso de que sucediera un sismo.
Por último, los maestros siempre deben mantener la mayor calma posible para que la evacuación sea de la manera más rápida y ordenada.
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