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Nuevas formas de verificación ante el reto de la desinformación

El pasado martes, 23 de marzo, se celebraron las VI Jornadas OI2, organizadas por el Observatorio para la Innovación de los informativos en la Sociedad Digital, impulsado por Radio Televisión Española (RTVE) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Estas jornadas, tituladas “Contra la desinformación: estrategias y herramientas”, presentaron los resultados obtenidos en el informe 04 sobre Inteligencia Artificial y desinformación.

Ramón Salaverría, vicedecano de investigación de la facultad de comunicación de la Universidad de Navarra; Cristina Pulido, profesora Serra Hunter del Departamento de Periodismo de la UAB; y Stéphane M. Grueso, coordinador de Maldita educa, protagonizaron la segunda mesa de las jornadas bajo el título: “Nuevas formas de verificación”. El diálogo estuvo moderado por Alberto Fabián Rodríguez, vicepresidente segundo de la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas (ATEI).

La desinformación como fenómeno contra la democracia

La Organización Mundial de la Salud (OMS) fue la primera institución en determinar la situación actual como una “infodemia”. El ecosistema informativo se está viendo alterado por una alta propagación de noticias falsas y bulos por redes sociales y plataformas de mensajería instantáneas. Ramón Salaverría apunta que “estamos pasando de un paradigma de la mitigación hacia un paradigma de la detección”. De esta forma, pone en valor la labor de los fact-checkers y de las diversas herramientas tecnológicas que se están desarrollando para contrarrestar la desinformación.

Stéphane M. Grueso considera que la desinformación puede llegar a ser un problema para la democracia. Explica que la información falsa priva a la ciudadanía su acceso al derecho a la información y puede afectar a la hora de tomar decisiones políticas o, incluso, sanitarias. “Durante la pandemia hemos llegado a recibir más de 2.500 inputs diarios”, afirma.

Salaverría ha hablado sobre algunas de las funciones de estas herramientas tecnológicas destacando sus potencialidades: “En primer lugar, estaría la identificación automática de cuentas sospechosas (…) Estas tecnologías también permiten identificar temas peligrosos (…) y detectar formatos que son característicos en desinformación (cadenas de palabras, determinadas secuencias de emoticonos”.

Ante el reto de la desinformación, el papel del periodismo es fundamental para poder seguir ofreciendo contenido de calidad a la ciudadanía. Salaverría considera que los periodistas “deben estar dotados de una serie de tecnologías más allá de su propio olfato periodístico que les faculten para poder identificar contenidos potencialmente desinformativos”.

El abuso del ‘clickbait’ es recurrente en medios de comunicación y es considerado por personas expertas una práctica a suprimir, porque causa confusión y desprestigio. Grueso advierte que, ante una información, se debe consultar todo, más allá del titular, porque a veces puedes hacerte una idea equivocada.

Educar mediáticamente es una necesidad

Desde hace décadas académicos/as y personas expertas inciden en la importancia de implementar la alfabetización mediática e informacional desde edades tempranas para desarrollar capacidades y pensamiento crítico. Una cuestión que también han abordado en esta segunda mesa de las jornadas y en la que han estado de acuerdo los/as tres expertos/as. Ramón Salaverría ha matizado que tan importante es la formación mediática en edades tempranas como en personas más adultas.

Todos los agentes que forman parte de la cadena de comunicación tienen importancia para luchar contra la desinformación. No solo se debe incidir en la responsabilidad de la ciudadanía”, afirma Cristina Pulido. La sociedad debe estar concienciada en tomar parte de este fenómeno contra la desinformación: medios de comunicación, la Academia, instituciones, responsabilidad individual… Según Pulido, la alfabetización mediática “está al servicio de un nuevo humanismo.

Puedes volver a ver la mesa en el siguiente vídeo: