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Susanna Tesconi: “Tenemos que dar más visibilidad a las mujeres en el ámbito tecnológico: menos princesas y más Darth Vader”

Tesconi, durante su conferencia en el evento mSchools. Foto: Marta Portalés.
Experta en diseñar entornos de aprendizaje innovadores, Tesconi estudia la interacción entre educación y tecnología para fomentar la creatividad y aprender diseñando y creando a través el movimiento "maker"

Susanna Tesconi conecta nuevos paradigmas educativos con una tradición antigua que, dice, merece ser rescatada: la de “aprender haciendo”. Por eso explicó el movimiento maker ante un auditorio a rebosar de docentes innovadores que se apuntan a enseñar con nuevas tecnologías en la jornada organizada por mSchools, la rama educativa del Mobile World Congress.

Tesconi entiende el hecho educativo como el arte de formar creadores, más que usuarios, por ello propone prácticas basadas en la indagación sobre materiales y procesos para crear artefactos físicos o digitales mediante el uso imaginativo de herramientas tecnológicas. Pero advierte que se pueden encontrar patrones tecnológicos en artefactos artesanales, por lo que defiende la idea de que “STEM is everywhere” (“STEM está en todos lados”). Está realizando estudios de doctorado en la UAB y es también diseñadora de entornos de aprendizaje en Laboral-Centro de Arte y Creación Industrial.

¿En qué consiste el movimiento edumaker?

Es un movimiento que recoge las potencialidades emancipatorias del movimiento maker, o sea la democratización de las nuevas tecnologías, y las aplica en contextos educativos. Utiliza laboratorios de fabricación, herramientas tradicionales y digitales para acompañar a grupos de niños y niñas en la creación de sus propios dispositivos, artefactos y sistemas. Es el “aprender haciendo” de toda la vida, pero potenciado por unas herramientas tecnológicas que permiten conectar con más personas, adquirir conocimientos y fabricar de forma más profesional, con acabados que son casi perfectos.

¿Cómo hacemos para introducir a más mujeres en el ámbito tecnológico?

Es un tema que aún arrastramos. Casi todos los sectores de la sociedad están diseñados por hombres; históricamente están determinados por hombres. La ciencia y la tecnología incluso más que otros sectores.

No tengo una receta mágica, pero creo que tenemos que empezar a representar la presencia de las mujeres en el ámbito tecnológico, a darle visibilidad y a modificar también lo que pensamos como tecnología. Estoy muy en la línea de que “STEM is everywhere”, o sea, que las tecnologías, la ciencia, el arte, la matemática y la ingeniería están en todas partes, en artefactos que incluso no parecen tecnológicos. Hay que rescatar toda aquella tecnología que es tradicional o que se considera subcultura.

“El miedo no es a la tecnología, el miedo es a perder el control”

También debemos trabajar los roles y cómo nos comportamos en los espacios donde se crea la tecnología y donde se enseña. Por ejemplo, cuando hay algún problema tecnológico siempre hay un experto que normalmente es un hombre, o la situación en la que cualquier hombre se siente autorizado a dar explicaciones y da por descontado que una mujer no sabe más que él. A veces no es verdad, porque a mí me ha pasado muchísimo y no es cierto. Es una herencia cultural pero aplasta mucho.

A nivel de marketing, de publicidad, de tecnologías educativas, deberíamos representar más a las mujeres, hacer ver que son cosas para todos, tenerlas presentas. Menos princesas y más Darth Vader, ingenieras, científicas o artistas.

¿Cómo acercamos a los profesores tecnofóbicos a este mundo?

He descubierto que hay tecnofobia, pero realmente, si reflexionas y hablas un poco con ellos te das cuenta de que el miedo no es a la tecnología, el miedo es a perder el control. Tienen miedo porque muchas veces los alumnos son más capaces de manejar dispositivos tecnológicos que los docentes, entonces el docente pierde el control de la clase, ya no es el que lo sabe todo. Muchas veces hay que apoyar a los docentes para que se dejen ir, que dejen ir el control y dejen que las personas creen. Que puedan admitir “mira, esto no lo sé, vamos a buscarlo juntos”. Creo que esto nos haría relajar a todos.

Tesconi explicó ante una audiencia atenta su propuesta innovadora. Foto: Marta Portalés.

¿Cómo te iniciaste en el movimiento maker?

Ha sido una experiencia que hice en un summerlab, como un hackathon, que no era para educadores sino para creadores digitales. En ese momento estaba estudiando diseño e interacción y me pasé un agosto cacharreando dentro de un museo. Empecé a soldar leds, a ver cómo funcionaban los interruptores y a programar y a crear cosas. Hice un sintetizador de sonido, pero todo esto, a parte de gustarme mucho, me hizo sentir que podía utilizar ese tipo de herramienta con mis alumnos. En esa época mis alumnos eran niños y ahora ya son docentes. Estoy tratando de difundir el virus porque creo que es una forma muy divertida de aprender, y pienso que merece la pena.