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Gever Tulley: “Hay que pensar en los niños como personas autónomas ansiosas por aprender”

Gever Tulley, fundador de la Brightworks School, en San Francisco.
El fundador de la Brightworks School, en San Francisco, y autor de "50 cosas peligrosas (que deberías dejar hacer a tus hijos)" explica la importancia de la experiencia y el placer en el proceso de aprendizaje

¿Qué ocurriría si las escuelas fueran talleres donde los niños pueden dar rienda suelta a su creatividad y construir cualquier cosa? ¿Si tuvieran libertad para llevar a cabo sus proyectos y resolver sus propias preguntas? Gever Tulley cree que los alumnos deben disfrutar aprendiendo y dirigir su propio proceso de aprendizaje. Por eso, en 2005, este ingeniero informático autodidacta fundó la Tinkering School, un campamento de verano que ponía al alcance de los niños todas las herramientas necesarias para construir lo que quisieran. Incluso una montaña rusa. El éxito fue tal que en 2010 dejó su puesto en Adobe para fundar la Brightworks School en San Francisco y convertirse en educador a tiempo completo. Hace unos meses publicó en España 50 cosas peligrosas (que deberías dejar hacer a tus hijos), un libro. a prueba de padres miedosos, que incita a la experiencia .

Usted era ingeniero informático. ¿Por qué decidió dejar su carrera para convertirse en educador?

Si te fijas en las decisiones que tomé, como dejar mi carrera de ingeniero informático, verás que me movió más la curiosidad que el dinero. Como resultado, nunca me hice rico, pero siempre he sentido un apasionado interés que lo que hago. La transición tuvo lugar cuando empecé a sentir curiosidad por las vidas de los niños que me rodeaban, y me di cuenta de que no tenían el mismo tipo de experiencias prácticas de las que yo había disfrutado cuando era joven. Monté el campamento de verano en mi casa porque quería ver si se podía generar deliberadamente un aprendizaje práctico significativo en colaboración con los niños. También estaba intentando dar respuesta a algunas preguntas. La primera, ¿de dónde vienen las competencias? Y la segunda, ¿hay experiencias que se tengan de joven que predispongan a tener un comportamiento heroico más tarde en la vida? La curiosidad ganó la partida, y pronto me convertí en un educador a tiempo completo.

No siguió una educación reglada y, en gran medida, ha llegado a donde está de forma autodidacta. ¿Cree que, de alguna manera, el ser humano está programado para aprender por sí mismo?

¡Sí, sin duda alguna! Si observamos la anatomía del cerebro, vemos que hay estructuras que están diseñadas para recompensar el aprendizaje. No tenemos más que recordar nuestra última epifanía o momento de “¡aha!” para recordar el placer que nos produce descubrir algo que es nuevo para nosotros. Cuando el aprendizaje no es placentero, los estudios demuestran que no lo retenemos por mucho tiempo. ¿Cuánta álgebra de 2º de ESO recuerda un ciudadano medio? Los estudios demuestran que a menudo no recordamos mucho de los contenidos de los que nos examinamos en la escuela. Las cosas que recordamos suelen estar asociadas a recuerdos placenteros de aquella época. El placer que experimentamos mientras aprendíamos nos ayudó a salvaguardar las ideas en lo más profundo de nuestra joven mente. Una medida útil en un sistema educativo es comprobar cuánto están disfrutando los estudiantes mientras aprenden. Cuando se disfruta, se produce un aprendizaje más profundo y significativo, ¡todo porque estamos programados para aprender!

¿Qué importancia tiene el “hacer” en el proceso de aprendizaje?

Hacer es una de las mejores maneras de integrar muchas ideas distintas en algo que de un sentido coherente al alumno. Recientemente muchos alumnos de Brightworks se interesaron en la colonización de Marte. Los profesores recogieron este interés y pronto se convirtió en el foco de muchas conversaciones y de estudio. Los alumnos se agruparon por equipos y comenzaron a investigar los distintos aspectos del problema de crear un hábitat seguro para los humanos en Marte. Había niños pensando sobre la producción de agua y alimentos, la energía, las viviendas, la gestión de basuras, los talleres, las entradas y salidas, y todos los pequeños detalles que deberían considerarse para establecer con éxito una colonia en otro planeta. Los equipos trabajaron de manera independiente y después se reunieron para ver cómo encajaban sus proyectos. Naturalmente, había muchas cuestiones de diseño u objetivos de los proyectos que era complicado conciliar, hasta que decidieron construir un prototipo de tamaño medio. Durante la realización del enorme modelo de hábitat hinchable, todos los problemas, que antes parecían tan abstractos, de repente se mostraron claros y tangibles. La fabricación del hábitat permitió que se resolvieran los conflictos de diseño. Al materializar las ideas, las soluciones se hicieron visibles para los alumnos.

“Ser creativo significa estar abierto a las posibilidades.”

¿Construir cosas fomenta la creatividad, o tienes que ser creativo para empezar a construir?

Fundamentalmente, creo que todo el mundo es creativo. Hacer cosas puede ayudar a la gente a desbloquear su creatividad. Existe un hábito mental asociado a la creación, es una especie de pregunta abierta en la que vemos el mundo desde la perspectiva de preguntarnos a nosotros mismos “¿qué es posible?”. Ser creativo significa estar abierto a las posibilidades. Visto de esta manera, un problema, sea cual sea su tamaño, es una colección de rompecabezas por resolver.

En la Brightworks School no hay clases ni mesas alineadas en torno a una pizarra. La escuela está concebida como un gran taller, donde los alumnos se reúnen en casas en los árboles y conviven con un perrito llamado Apollo. ¿Cómo cree que afecta el entorno del aula al proceso de aprendizaje?

Creo, como muchos educadores lo han hecho antes, que el entorno es un educador más en la vida del estudiante. Tiene que hablar al alumno de una manera que pueda entender, ofrecerle algo para descubrir, e insinuar futuras posibilidades. Existen tantas formas de aprender como estudiantes, y es muy importante que la escuela ofrezca diversos contextos de aprendizaje para que cada alumno pueda encontrar algo en su entorno que le sea útil.

 En 50 cosas peligrosas (que deberías dejar hacer a tus hijos) propone actividades como pegarse los dedos con Superglue o quemar cosas con una lupa. ¿Qué beneficios cree que pueden reportar este tipo de experiencias a los niños?

Es imposible saber todo lo que un estudiante puede aprender haciendo algo, porque no conocemos todas las conexiones que trazan con otras experiencias y conocimientos previos. Hay cosas obvias que aprendes jugando con una lupa. Una es que la luz del Sol es poderosa y que su energía puede utilizarse para hacer cosas; y podemos decir con seguridad que pegar tus dedos con pegamento te ayudará a desarrollar mejor el sentido de lo que significa tener una discapacidad física. Con una mano que no funciona a la perfección experimentarás frustración (lo que significa que podrás aprender una nueva forma de ser paciente), pensarás más que nunca en cómo funcionan tus manos (lo que significa que entenderás mejor tu mano cuando vuelva a funcionar), y más allá de esto, depende de quién sea el alumno y cómo experimente ese momento. Básicamente, ese es el objetivo de estas actividades, crear un momento que permita al alumno participar de una experiencia y extraer un sentido de ella.

En la Brightworks School los alumnos se organizan por grupos en los que se mezclan alumnos de distintas edades. ¿Cómo afecta esta decisión al aprendizaje?

Intentamos situar a los alumnos en grupos donde se les planteen desafíos y no se sientan frustrados. Ponlos en un grupo donde no tengan retos que afrontar y se aburrirán. Cada alumno es diferente, y son estas diferencias las que los hacen únicos. Elige cualquier característica (matemáticas, lengua, escritura, ciencia, historia, etc) y es posible que estén dos años por delante o por detrás. Esto quiere decir que, en un sistema de grados, un alumno de 6º de Primaria podría tener las habilidades matemáticas de uno de 2º de ESO y escribir como uno de 4º de Primaria. En sexto, esto se vería como un grave problema, pero en Brightworks podemos adaptarnos a las fortalezas del alumno y ayudarle a abordar sus áreas de desarrollo partiendo de una base individual.

“Los estándares de los currículums no se acomodan a la individualidad del alumno y no permiten que las ideas e intereses de los estudiantes formen parte de su educación”

La revista TechInsider ha listado Brightworks como una de las escuelas más innovadoras del mundo por su “enfoque al límite de la educación”. ¿Cómo compaginan su innovador sistema de arcos con los planes nacionales de estudio?

En Brightworks conocemos los planes nacionales de estudio y divergimos de ellos de una manera consciente. Los estándares no se acomodan a la individualidad del alumno y no permiten que las ideas e intereses de los estudiantes formen parte de su educación. Nosotros vemos al alumno como coautor de su educación, y nos centramos en sus motivaciones intrínsecas a la hora de aprender —teniendo en cuenta que el aprendizaje debería ser divertido y placentero—, en lugar de motivarlos extrínsecamente con grados. Así que creo que la respuesta es que codiseñamos nuestro currículo con los alumnos, y cuando podemos abordar un estándar del currículo nacional tomamos nota, pero no ajustamos nuestro currículo a los estándares.

¿Cómo enfocan las asignaturas de ciencias y humanidades? ¿Podría ponerme algún ejemplo?

Intentamos que todos los temas sean descubribles y experienciales. El hábitat de Marte, del que hablaba antes, es un buen ejemplo de cómo crear experiencias científicas que atraigan a los alumnos. De alguna manera, las ciencias, la física y la ingeniería son las disciplinas que más se prestan al aprendizaje práctico, ya que se basan en el mundo físico, y cuando tratan abstracciones, como el concepto de sustentación en la aerodinámica, a menudo existen maneras de crear analogías físicas. Visto de esta manera, escribir puede ser una forma de hacer, pero las humanidades a veces son más complicadas porque tocan cosas que no pueden representarse físicamente de una manera sencilla. Por ejemplo, la idea de “justicia”. Los niños tienen una idea clara de los que es la ecuanimidad, pero el concepto de “justicia” es mucho más amplio y tiene aspectos culturales e históricos. En estas áreas, buscamos maneras de experimentar aspectos de esta idea más amplia —visitando un juzgado, viendo un juicio, hablando con un abogado, hablando con alguien que ha estado en prisión—, y hablamos, escribimos sobre ello, y nos acercamos al concepto desde tantos puntos de vista como podemos. En Historia, a veces representamos acontecimientos famosos juntos para entender completamente las motivaciones de las personas involucradas en ellos. En general, pensamos que en casi todos los temas existe una manera de enganchar directamente con los alumnos e incorporar algo más que las habilidades analíticas.

Me imagino que habiendo sido ingeniero informático, las TIC y la tecnología tendrán un espacio importante en su escuela…

La tecnología es una parte del tejido de nuestras vidas, especialmente aquí, en el Área de la Bahía de San Francisco y Silicon Valley, así que va a formar parte de la vida de nuestros alumnos queramos o no. En lugar de excluirla, la abrazamos e intentamos no usarla ni mucho ni poco. En general, tratamos de que los alumnos tengan todas las herramientas a mano, desde sierras de cinta y cortadores láser hasta laptops y GoPros. Los estudiantes van a usar la tecnología de formas que ni siquiera podemos predecir, y lo mejor es que aprendan a respetar las herramientas y a gestionar sus obsesiones. Esto significa que a veces los niños abusan de su privilegio, y eso crea una oportunidad para hablar del tema con ellos. En su día fui programador, y eso significa que veo claramente la tecnología como una herramienta, pero no todo el mundo necesita ser un programador, si bien todos necesitamos entender lo que los ordenadores pueden hacer y ser conscientes de su presencia en nuestras vidas.

¿Cómo debería ser la educación del futuro?

Creo que hay que dejar de pensar en la educación como algo que damos a los niños, y empezar a pensar en ellos como personas autónomas ansiosas por aprender. No existe un modelo educativo que se ajuste a todos y deberíamos cesar en nuestro empeño de crear una única pedagogía útil para todo el mundo. En su lugar, deberíamos esforzarnos por comprender quién es en realidad cada uno de nuestros alumnos, motivarles y darles autonomía y oportunidades para expresarse. Debería hacerse más hincapié en la colaboración productiva y el fomento de la creatividad, y si vamos a medir algo, debería ser la creatividad y la implicación. Necesitamos abrazar la individualidad de cada persona y crear experiencias de aprendizaje en las que los niños quieran implicarse y participar. Los alumnos deberían tener voz en su escuela, y sus ideas e intereses deberían ser tenidos en cuenta e incorporados. Es decir, deberíamos tratar a los alumnos, sea cual sea su edad, como a personas a las que respetamos y en las que confiamos.