David Jiménez trabajó durante 20 años para el periódico español El Mundo, fue reportero de guerra, corresponsal y director de este medio. Desde las trincheras de la información ha luchado por despertar el interés de la actualidad y el periodismo en la sociedad. Ahora continua su labor como escritor: entre sus últimas publicaciones están El Lugar Más Feliz Del Mundo (2013), El Botones de Kabul, (2010) y Hijos del Monzón (2007). También es profesor de jóvenes periodistas en el marco del Máster Internacional de Periodismo de Viajes de la Universidad Autónoma de Barcelona.
En una sociedad con cada vez más información, pero a la vez más desinformada, ¿qué reto educativo tiene el periodismo?
Hay que tener en cuenta que gran parte del conocimiento que la gente recibe proviene de la actualidad. El periodismo consiste también en poner en perspectiva el pasado para entender mejor el presente y el futuro.
“El periodismo tiene que coger y seleccionar para la gente lo que realmente es importante y relevante, convirtiéndolo en interesante”
Los retos son muy importantes, porque cada vez tenemos más información, es decir, jamás en la historia de la humanidad ha habido más oferta informativa de la que tenemos hoy, sobretodo en Internet. El periodismo tiene que coger y seleccionar para la gente lo que realmente es importante y relevante, convirtiéndolo en interesante. El periodismo debe hacer que la gente se enganche a los asuntos que realmente pueden transformar y mejorar una sociedad, yo creo que es un reto difícil, porque hay cada vez más confusión, más periodismo “falso”. Contenidos que se hacen pasar por periodismo y en realidad son contaminación y manipulación. Y de ahí que haya que formar más a los periodistas para que hagan un buen trabajo.

El periodista como creador de opinión pública ¿puede educar de nuevo a los lectores? ¿Cómo se puede informar y educar a la vez?
El periodismo ocupa una parte importante de la formación de las personas y a lo largo de la vida uno se forma en muchos contextos, se forma con sus padres, en la escuela, con sus lecturas, sus experiencias y el periodismo añade una formación de esa persona. Antes se decía que leer el New York Times durante cinco años era el equivalente a haber ido a la universidad; uno absorbe leyendo un buen periódico una gran cantidad de información. El periodismo es una educación constante sobre actualidad, historia, futuro… Sin el periodismo, una persona está más vacía, más desconectada del mundo y por eso lo considero una formación. Al revés de lo que ocurre en la escuela, el periodismo es una formación continua para siempre, es decir, no deja de enseñarte cosas, por lo menos el buen periodismo.
Para ti, “el periodismo es el arte de hacer interesante lo importante”. ¿Qué otras fórmulas existen para motivar la lectura y el interés de la actualidad?
Una de las claves del periodismo es convencer a la gente de que lo que cuentas es importante y lo tienen que saber. No se trata simplemente, como dice mucha gente ahora, de dar a la gente lo que quiere. A veces la gente no sabe lo que necesita saber y tú como periodista tienes que tener el poder de convicción para decirle: esto a lo mejor no te interesa tanto como tú crees pero lo tienes que saber, porque es bueno para ti, es bueno para la sociedad, y porque además es relevante para muchísima gente. Y yo creo que ahí es donde entra la habilidad de los periodistas de atrapar esa atención.
“A veces la gente no sabe lo que necesita saber y tú como periodista tienes que tener el poder de convicción para decirle: esto a lo mejor no te interesa tanto como tú crees pero lo tienes que saber”
En mis textos siempre me he atribuido un poco el imaginarme para quien escribía, por ejemplo, este texto en Corea del Norte lo tiene que entender y tiene que resultar a atractivo para alguien que sea un experto en Corea del Norte, pero también para mi madre que no sabe absolutamente nada de Corea del Norte. Yo creo que es un arte muy difícil de conseguir en el periodismo, pero también muy necesario.
Las redes sociales han cobrado más protagonismo en el consumo de información, ¿es posible incidir en los hábitos de los más jóvenes?
Bueno, yo creo que uno de los problemas con los que nos encontramos a la hora de analizar el consumo informativo de la gente más joven es la capacidad de prestar atención mucho tiempo, o suficiente tiempo a algo. Lo que estamos viendo es que se consume mucha cantidad de información, pero en pequeñas dosis, vídeo cortos y virales, noticias en las cuales muchas veces hay trescientas palabras. Es difícil ver un contenido informativo destinado a la audiencia más joven que tenga una carga de profundidad y de análisis, eso se considera para “los mayores”. No es así, hay mucha gente joven que tiene interés en conocer lo que está pasando en el mundo, en su país y en su barrio y que se le puede ofrecer un análisis más profundo. Ahora bien, muchas veces se confunde la seriedad del periodismo con escribir o relatar de una manera aburrida. No, el periodismo serio y de calidad puede ser atractivo e interesante.
Para entrar en el mundo de las redes sociales, del consumo rápido de información, hay que adaptarse y adaptar la esencia del periodismo. Ajustar las reglas que hacen el periodismo más riguroso, creíble y atractivo a los nuevos formatos. Incluidos Facebook, Twitter, Snapchat y lo que venga, pues hay que tener en cuenta que lo que hoy es novedoso y que parece permanente en este mundo digital, dentro de dos años a lo mejor ya ni siquiera existe.

¿Cuál es la importancia de introducir el periodismo y la actualidad en el aula escolar?
La acción de entender el periodismo se inicia a edades tempranas. Recuerdo mucho mi infancia, en mi casa siempre había varios periódicos, los domingos especialmente, antes había esa tradición de tener más de un periódico. Así es como se despertó mi curiosidad por el mundo y las noticias, y me hizo querer ser periodista. Actualmente la oferta de entretenimiento que tienen los jóvenes es inigualable: videojuegos, televisión a la carta, Internet… Que los más jóvenes presten atención al periodismo, al relato, a la crónica, a aquello que pasa en el mundo, es cada vez más difícil. Yo creo que eso es también uno de los trabajos del periodismo, es intentar introducir, muy pronto, a la gente en la curiosidad por conocer. Yo creo que al final también es una manera de formar nuevos periodistas, desde muy pequeños intentar inculcarles el atractivo de la información y del periodismo.
“Que los más jóvenes presten atención al periodismo, al relato, a la crónica, a aquello que pasa en el mundo, es cada vez más difícil”
Sobre tu obra literaria y periodística, ¿cuáles fueron los motivos que te llevaron a redactar los libros? ¿Qué aprendizajes te has llevado de ellos? ¿Cómo incluir esta obra en el aula, dado que nos leen muchos docentes?
La verdad es que mis libros son una terapia personal, he vivido experiencias muy intensas como corresponsal en guerras, en revoluciones, en desastres naturales y tenía una necesidad de contar todo lo que había vivido. A veces, cuando uno cuenta eso en un periódico el espacio es ajustado, de repente el Real Madrid-Barça se lleva tres páginas y tu texto acaba en una esquina y no puedes expresar todo lo que has sentido en esas situaciones. Pensé que los libros me permitirían ir mucho más allá y contar cosas que yo creí que eran importantes.
Luego en los libros he buscado también, un poco, el conocerme a mí mismo, los libros al final son también mucho quitarte el pudor personal y exhibir lo que llevas dentro de una manera pública y ese es otro ejercicio que yo creo que es sano para el escritor. Los escritores escriben sobre todo para sí mismo por mucho que se diga que escriben para otros, también escriben para los lectores, es verdad.
Los libros me han permitido también el compartir y acercar a los lectores a situaciones que de otra manera no hubieran podido vivir. Yo he estado en situaciones, pongamos, por ejemplo, un gran tsunami y la destrucción y la desolación que eso produce, pero también la recuperación, la reconstrucción es decir la naturaleza humana, sus debilidades y su fortaleza, todo eso es lo que he intentado expresar en mis libros, y hay veces que te viene alguien y te dice: “He leído tu libro y me ha transmitido esto o aquello”.Si ha sido así creo que he cumplido con el cometido que tenía.

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